viernes, 28 de junio de 2013

Patatas al Ajo Pollo de Padules



«Aunque me cubras en abril,
hasta mayo no he de salir»

Refrán Popular

De Padules (Almería)


Nos llegó esta deliciosa receta, sorprendente y sencilla. Le encantan a los niños y mayores. Plato que nos llega desde la Alpujarra almeriense, donde nuestro secreto consiste en cocer bien las patatas y que se impregnen del majaó y de los elementos de la huerta.

La almendra, el ajo, el azafrán; exotismo y tradición, todo va unido. Un suculento plato cargado de energía, eso sí habrá que suavizar el segundo plato; un pescado plancha...

Y es que cada vez se sorprende uno más de la variedad y riqueza que guarda nuestra tierra, el juego que se ofrece con unos productos sencillos, cercanos y vivos en nuestra memoria.

Padules, de la ya conocida comarca de Andarax; lugar de agua, de historias antiguas, de huertas y de regadíos. Lugar acogedor sitio para acercarse y disfrutar de la vida sencilla y puede que más auténtica.


Su nombre significa pequeñas lagunas, ya que cerca de la población había unos manantiales. Su origen es hispano-romano, aunque otros piensan que es de origen árabe. Existe en toda la zona una gran riqueza arqueológica, señal de poblamientos de otros tiempos.

Durante la época nazarí perteneció a la taha de Lúchar. La conquista cristiana a finales del siglo XV y la sublevación morisca de 1568 y su posterior expulsión del Reino de Granada, marcaría su historia hasta nuestros días. En el 1569 don Juan de Austria se instala aquí con el fin de terminar con el levantamiento de los moriscos. Tras la expulsión de los moriscos en 1570 la repoblación de la zona se llevaría a cabo con cristianos viejos, en su mayoría procedente de Andalucí­a Oriental, Castilla-La Mancha y Valencia.

En el último tercio del siglo XIX y principios del XX su economí­a se vería orientada, como en otras zonas de la provincia, hacia la producción de la uva de Ohanes para la exportación, pero las crisis europeas de principios de siglo se darían con este comercio.


INGREDIENTES

Cuatro patatas medianas

150 gramos de almendras peladas

Cuatro huevos

Una cebolla

Un pimiento verde

Tres dientes de ajo

Un tomate maduro

Una hoja de laurel

Azafrán

Aceite de oliva virgen extra

Sal


ELABORACIÓN

Lo primero es freír las almendras, una vez apartadas freímos en el mismo aceite una rebanada de pan y un diente de ajo pelado.

Lo majamos todo en un mortero, es decir; el diente de ajo, las almendras, el azafrán y el pan.

Limpiamos y lavamos las verduras.

Rehogamos en una sartén la cebolla, el pimiento verde y el tomate pelado, todo muy picado.

Pelamos las patatas y las cortamos a cuartos, seguidamente las incorporamos al sofrito con un poco de agua que las cubra y la ponemos a hervir.

Punto de sal.

Seguidamente le añadimos el majaó, removemos bien y las dejamos cocer a fuego lento.

Debe de quedar jugoso, pero nunca demasiado líquido.

Por último, freímos los huevos y los presentamos sobre las Patatas.

Un poco de sal sobre los huevos recién fritos.


OBSERVACIONES

Varias observaciones; también se suele hacer con tomate y pimiento seco, en lugar de frescos. (hoy en día los venden en grandes almacenes, por lo que no debe de ser difícil encontrar el producto)

El huevo he dado la opción de frito, aunque es de resaltar que también es habitual cocerlo unos cuatro minutos junto con las patatas y al final del hervido.

El comino y los pimientos asados también son variantes habituales.


miércoles, 26 de junio de 2013

Costillas de Ibérico Adobadas



«En habiendo vino, aceite y manteca de cerdo, 
media botica tenemos».

Cita medieval
 
De Huelva


Llegan días de calor, parecía que no llegaría el verano, y ya está aquí de nuevo, con toda su magnitud.

Mucho trabajo en la cocina, pues comienzan las vacaciones y las reducciones de personal, pero eso es otra historia. Hoy toca cocinar costillas, esas sabrosas costillas ibéricas. Con menos carne que la del cerdo común, pero con ese sabor tan característico; eso sí, habremos de tomarlas con mesura, dado su exceso de grasa.

Llegan los gazpachos, ensaladas y comidas suaves; es lo que nos pide el cuerpo, refrescarnos ante el bochornoso ambiente, mediodía de cerveza fresca y largas tertulia tras las horas de siesta.

Guardaba este plato desde hace tiempo, plato barroco y de grandes contrastes, todos ellos atrevidos asegurándonos de tener siempre una servilleta a mano. Disfrutadlo y pasead luego, antes de que el fuerte sol de julio nos lo impida, gracias.

Ricardo, a 26 de junio del 2013


INGREDIENTES


Un kilo de costillas ibéricas

Cinco dientes de ajo

Pimentón dulce de la vera

Comino molido o en grano

Laurel

Pimienta negra molida

Tomillo, orégano o romero

Vino blanco

Aceite de oliva virgen extra

Vinagre

Agua

Sal


ELABORACIÓN

Lo primero, sería preparar el adobo; la tradición nos dice que hemos de majar los ajos en un mortero junto a unos granos de sal gorda.

Para luego, dejar la carne en maceración, cubierta por el majao y los siguientes ingredientes; el pimentón, comino, la hoja de laurel, tomillo u orégano, la pimienta, el vino, vinagre, aceite de oliva y punto de sal.

Lo mejor sería mezclar todo aparte, en un recipiente hondo e ir probando hasta que nos agrade el sabor. Que sea potente en contenidos aromáticos y a tened en cuenta de que el vinagre no prevalezca, como suele pasar en los malos adobos.

La cuestión es bastante sencilla, hemos de cubrir el producto con este caldo, no más.

Una vez cubierta las costillas en crudo, las dejamos macerar unas 24 horas.

Al día siguiente, colamos las costillas.

Intentamos que nos queden lo más secas posible.

Las pasamos por harina y las doramos en aceite de oliva.

Una vez le hemos dado el golpe de fritura le agregamos parte del adobo resultante de haber colado la carne. Este debe cocer junto a las costillas unos 35 minutos aproximadamente, a fuego medio.

Se deja hervir hasta que tenga el punto que consideremos oportuno, probamos de sal y si vemos necesario para potenciar el sabor añadimos una pizca de orégano al servir.


OBSERVACIONES

El Adobo tan tradicional en nuestros bares y restaurantes.

Lo primero sería la diferencia de la carne respecto al pescado, ya que esta se suele especiar más, dado que admite más diversidad de sabor.

Por otro lado, están los adobos de cacería, de los que ya hablaremos más adelante.

Concretando, diría que la base fundamental es; el pimentón, los ajos, el comino, orégano, tomillo y vinagre. Por lo tanto, no debemos utilizar malos productos, ya luego, la mezcla perfecta será el resultado de la habilidad del cocinero.

Recordad siempre que el principio de cualquier adobo surgió como método de conservación para los alimentos y como desinfectante debido a sus propiedades antibacterianas.

Un exceso de hierbas puede producir cierta confusión en el paladar, al ser carne recomendaría combinar un par de hierbas como mucho y si fuese pescado; con una pizca de orégano nos bastaría.

sábado, 22 de junio de 2013

Aliño de Pimientos Asados



«De San Francisco salieron
cuatro reverendos padres:
fray pimiento, fray cebolla,
fray aceite y fray vinagre»

Copla Popular
De Córdoba


Muy buenas tardes, sábado de almuerzo en el jardín.

De compartir y charlar, de permitirse uno el que la cocina sea un lugar de encuentro y relaciones sociales.

¿Qué sucede cuando la cocina sale del interior de casa?

Compartimos un espacio que se agranda, las paredes desaparecen y el aíre se transforma. Los movimientos ganan en gestualidad, las risas se pronuncian con más ganas y cada uno aporta algo más de presencia.

El arte de cocinar es el arte de encontrarse, de permitirse abrirse hacia el otro, es el arte de ofrecer lo mejor de uno, de atreverse en degustar y digerir lo que otras manos han preparado con cariño. La dedicación del otro llega al interior de nuestro cuerpo y se convierte así en parte de nuestro organismo.

Nunca lo había pensado, pero junto con el acto del amor va el acto del nutrir; son las dos acciones en las que nos introducimos en el cuerpo del otro. En una compartimos directamente y mutuamente, en la otra ofrecemos desde nuestro hacer y nuestra creatividad el fruto que cruzará la frontera entre lo de fuera y lo de dentro.

La cocina es amor, también participar, colaborar, intervenir.

Muchas veces ese ofrecer se convierte en solidaridad, en nuestro recurso emocional en el que en el mejor de los casos ofrecemos alivio y algo de compañía.

Pasad bien la tarde del sábado, disfrutad cuanto podáis y os queráis permitir.

Ricardo, a 22 de junio de 2013.
INGREDIENTES 

Tres o cuatro pimientos rojos y carnosos.

Cuatro dientes de ajo

Un tomate

Una cebolla grande

Aceite de oliva virgen extra

Vinagre de vino de Jerez.

Sal


ELABORACIÓN

Para el Asado:

Se lavan los pimientos y las demás verduras.

Disponemos sobre una fuente de hornear las verduras y pimientos.

Con una brocha pintamos con el aceite de oliva; el tomate, la cebolla sin pelar, los ajos pelados y los pimientos.

Calentamos el horno a unos 180.º aproximadamente.

Asamos durante 40 minutos los pimientos, dándoles la vuelta de vez en cuando.

Es bueno que se quemen un poco o chamusquen, ese sabor de ahumado enriquece y matiza el sabor final del fruto.

Una vez terminados de asar, los envolvemos con cuidado de no quemarnos en una bolsa de plástico que hemos de cerrar herméticamente, o simplemente tapamos con film transparente, el resultado es que suden.

Dejamos enfriar y ya nos podemos disponer a pelar los pimientos con facilidad y por supuesto retirar todas las pepitas del mismo.

Limpiamos perfectamente los pimientos teniendo en cuenta que nos soltará trocitos del chamuscado; reservamos todos los jugos que vayan soltando pasándolos por un colador para que nos quede un jugo limpio.

Con el tomate hacemos lo mismo; lo limpiamos y pelamos con cuidado. Luego lo picamos y lo aprovechamos su jugo para la vinagreta que haremos a continuación.

Para la Salsa o Vinagreta

Aprovechamos el jugo de los pimientos y el tomate picado. Le añadimos el vinagre, el aceite de oliva y la sal. Lo vertemos todo en un recipiente en el que podamos agitar o remover la salsa tenemos una exquisita vinagreta para nuestros aliños, que podremos utilizar en infinidad de aderezos. (Recomiendo una botella vacía)

Para la Ensalada

Se corta a tiras la carne de los pimientos.

La cebolla asada se pela y se corta.

Se pican los ajos asados.

En un recipiente se ligan todos estos ingredientes y se aliñan con el jugo o vinagreta que hemos creado anteriormente.

Su punto de sal y a dejar enfriar en la nevera.


OBSERVACIONES

Le va bien la berenjena asada, el atún, el bacalao, el comino en grano, el huevo cocido, alcaparras y el orégano.

A este aliño le he añadido atún y maíz.

Con berenjenas es el popular asadillo de pimientos de Córdoba.

Como acompañantes perfectos para guarnición, en canapés, en bocadillos...

En algunos lugares en que he trabajado, hemos introducido una cabeza de ajo entera y sin pelar, asada junto a los pimientos y la cebolla.

De esta cabeza de ajo hemos exprimido el jugo, una vez asada, incorporándola a la vinagreta.

Los pimientos fueron uno de los muchos productos que viajaron desde América a Europa.

En tierras de Centroamérica se cultivaban ya en épocas muy remotas, los restos más antiguos se han encontrado en el valle de Tehuacán (México) y datan del 3000-5000 antes de Cristo.

Fue uno de los primeros productos que cruzó el Atlántico y se le dio el nombre de pimiento por su sabor picante. De hecho, en un principio, se utilizó para sustituir a la cara y apreciada pimienta.


miércoles, 19 de junio de 2013

Revuelto de Habas Granás



«Dios da habas al que no tiene quijadas»

Refrán Popular

De Puebla de Cazalla 
(Sevilla)


De las últimas habas de este año, le llaman graná a las habas viejas y gruesas. Hay quien no les gusta, por supuesto yo las prefiero pequeñas, tiernas y jugosas.

Comienza el carnaval de frutas y hortalizas, aunque este año el frío y la humedad está retrasando la cosecha. Hoy hemos recogido los primeros tomates y es que pienso que un cocinero también debe de conocer el proceso de la siembra. Lo mismo que no es buen recibo para el cocinero, de no conocer el mercado y hablo de mercados de toda la vida, donde uno aprende observando, donde los olores y sensaciones se mezclan conformando el inmediato horizonte culinario.

Ayer vi el programa «Master Chef» y me pregunto muchas cosas. ¿Hemos perdido la relación con el medio y nuestra verdadera raíz culinaria?

Y este interrogante no quita que me encante el programa, nada de eso, lo que sucede es que me pierdo entre lo novedoso y las variantes de productos químicos que me da a mí una sensación más de laboratorio que de cocina.

Me pierdo en esos platos minúsculos donde los espacios y vacíos se vuelven protagonistas de la comida. Aunque es de sabios el aceptar las innovaciones y adaptarlas a nuestra base cultural y tradicional, por lo tanto, me permito el observar y el aprender de cada plato por más absurdo que este parezca, aunque una voz rebelde y crítica se manifieste de vez en cuando sin poderla evitar...

Saludos Ricardo, a 19 de Junio del 2013


Otras recetas de Puebla de Cazalla en Cocina Andaluza


INGREDIENTES

Ocho huevos
(dos por persona)

250 gramos de habas granás
(aproximadamente)

Una cebolleta

Tres dientes de ajo

Una guindilla pequeña o un trozo si es grande.

Aceite de oliva virgen extra.

Perejil

Sal


ELABORACIÓN

Como son habas bastante crecidas, hay que cocerlas al menos diez minutos hasta asegurarnos de que estén tiernas.

Las escurrimos y disponemos para hacer el revuelto.

Como siempre, aceite de oliva en la cazuela o sartén, donde se rehogan los ajos picaditos, luego le incorporamos la cebolleta y la guindilla pequeña.

Estrellamos literalmente los huevos en el contenido. removemos con la cuchara de madera hasta dejar el toque que deseemos.

Espolvoreamos con perejil picado fresco.

Receta fácil y muy rica, eso sí, no pasaros con la guindilla.


OBSERVACIONES

Historia larga la de las habas, desde el neolítico pasando por Egipto, Grecia, Roma... hasta nuestros días.

En algunas tabernas de Andalucía se consumían como tapas y regadas con sal gorda, acompañando al vaso de vino.

También solo cocidas con sal y un chorreón de vinagre, he leído por ahí.

Algunos cocineros cuando la cuecen le añaden una pizca de azúcar.

Y como curiosidad os contaré que cuenta la leyenda que al sabio Pitágoras murió porque se negó a pisar un campo de habas. Para Pitágoras, las habas tenían alma, por lo que era un crimen dañarlas y uno mucho más grave comerlas. Resulta que mientras huía con sus discípulos de la invasión de los siracusanos a principios del siglo V a. c, él y sus alumnos, se encontraron con un campo de habas. Rehusó tajantemente pasar por allí, y antes de que le diera tiempo a rodear el campo de legumbres dotadas de almas, los enemigos le dieron alcance y lo mataron.

domingo, 16 de junio de 2013

Pollo Relleno



«Al Abad viejo, pollos y conejos»

Refranero Popular

De Cádiz

Buenas Noches, os traigo una receta que lleva varios días dando vueltas por aquí. Va muy bien como fiambre y regada un buen aceite de oliva, maravillosa. Me gusta con sal gorda, ese crujir y el sabor al fiambre elaborado por nosotros es un placer. No escatiméis en la calidad del vino, le dará sin duda un toque especial al plato. Los higadillos de pollo hay que limpiarlos bien, quitarles la telilla de grasa y lavarlos muy, pero que muy bien.

La receta es original, así que he tenido que incorporarles algunos productos que he pensado lo mejoran en sabor y paladar.


INGREDIENTES

Un pollo deshuesado

150 gramos de menudillos de pollo

Un puñado de almendras y piñones

Tres o cuatro dientes de ajo

Perejil

Cebolla

Nuez moscada

Un limón

150 gramos de bacón

Un cuarto de carne de cerdo

Cien gramos de jamón

Un vaso de vino manzanilla

Una copa de brandy

Una hoja de laurel

Canela molida

Pimienta negra molida

Aceite de oliva virgen extra

Sal


ELABORACIÓN

Una vez vaciado el pollo, se rellena del siguiente picadillo:

Se pica la carne de cerdo, el jamón, el bacón salteado, las almendras fritas picadas o ralladas, el perejil picado, el ajo, la cebolla pochada y un huevo cocido.

A esta mezcla se le agrega un huevo batido, se sazona con sal, pimienta, un poco de nuez moscada rallada y con la ralladura de limón.

Se amasa todo muy bien y rellenamos el pollo.

Se ata o brida (como le llamamos los cocineros) el pollo con hilo bramante.

Antes de cocerlo lo untamos en aceite, aunque la tradición era hacerlo con manteca blanca de cerdo y dorarlo en la sartén, dándoles vuelta y vuelta.

Se rocía con vino y se deja consumir, seguidamente cubrimos el pollo relleno con agua, una cabeza de ajo, una hoja de laurel, canela en rama, pimienta y sal.

Lo cocemos hasta que quede tierno en su interior.


OBSERVACIONES

Esta es la receta que nos han pasado y hemos realizado en la cocina.

También se puede cocinar en el horno, precalentado a 180º, durante, más o menos, tres cuartos de hora.

Es muy importante aprovechar el jugo y la salsa que acompañará la carne. Por eso hay que reducirla y mezclarla con vino y si es necesario con un poco de maicena para que espese.

Le van bien los pistachos, las uvas pasas. También se le suele incorporar en algunos lugares una miga de pan para que ligue la masa.

Como hierbas me quedo con el orégano.

Y de acompañamiento un pisto de verduras que no le va nada mal.

jueves, 13 de junio de 2013

Lomo de Atún sobre verduritas y fondo de encebollado, de Barbate



«La rosa tiene espinas, pero, ¿tiene pétalos el atún?»

Roberto Fontanarrosa


De Barbate (Cádiz)


Muy Buenas, hoy me acompañáis a uno de mis lugares predilecto, Barbate. Siendo un ferviente enamorado de la costa gaditana, desde los ochenta cuando realicé el servicio militar por aquellas sierras. Guardo en mi memoria la imagen irrepetible de un amanecer en Zahara de los Atunes, visto desde la sierra, donde la divisaba en mi turno de guardia. Recuerdo que en la soledad me dije; «Más gaviotas no caben en ese pueblo».

Me he atrevido en modificar y dar un toque diferente a la típica receta del encebollado y es que el lomo de atún que tenía merecía de lo mejor por mi parte.

Un saludo y buen provecho.


¿Qué es una Almadraba?

La almadraba (del árabe andalusí; almadrába, lugar donde se golpea o lucha) es una de las técnicas para la captura del atún empleada en Andalucía, aprovechando la migración de atunes Atlántico-Mediterráneo (y vuelta) que se utiliza desde tiempos prerromanos. Consiste en instalar un laberinto de redes en el paso de los atunes, que normalmente se sitúa cerca de la costa.


INGREDIENTES

Un kilo de Lomo de Atún de Almadraba.

Aceite de oliva virgen extra

Para la Salsa Encebollada

Dos cebollas

Tres dientes de ajo

Una cucharadita de pimentón molido.

Un chorreón de vinagre de Jerez.

Un vaso de buen vino blanco,

Una hoja de laurel.

Un par de clavos de olor.

Pimienta negra molida.

Sal.

Para las verduritas

Una cebolla.

Un pimiento verde.

Pimientos del piquillo o pimiento rojo asado

(Una lata pequeña)


ELABORACIÓN

El lomo de atún, ya limpio, lo cortamos en cuatro raciones aproximadas.

Salpimentamos y doramos en la sartén con el aceite.

Las verduras

Una vez apartados los lomos y en ese mismo aceite comenzamos a sofreír las verduritas que habremos cortados a cuartos, con mucho cuidado y mimándolas a fuego suave.

Una vez pochadas, apartamos las verduras y limpiamos la sartén.

La salsa encebollada

Nuevamente aceite, los ajos los doramos a fuego muy suave. Le incorporamos la cebolla cortada muy fina, los clavos y la hoja de laurel, rehogamos todo removiendo con una cuchara de madera aproximadamente unos veinte minutos, cuando esté lista la cebolla le damos un minuto de fuego fuerte y le echamos un chorreón de vinagre y el pimentón.

Para esta clásica receta del encebollado, y al disponer de verduras el fondo del plato, he pasado el encebollado por el vaso triturador, añadiéndole un poco de Jerez y un algo de agua, quedando una salsa muy espesita y de gran aroma, es obvio que le he sacado anteriormente los granos de clavos y la hoja de laurel, reservándolas para el montaje final.

Punto de sal y pimienta.

Montaje del plato

Cubrimos con la salsa de encebollado el fondo del plato, sobre estas las verduras pochadas y haciendo hueco, colocamos nuestro reluciente lomo de atún que debe de quedar lo más jugoso posible.


Almadraba de Zahara de los Atunes

OBSERVACIONES

Sin duda, una variante al clásico encebollado de toda la vida y que como bien sabréis se hace el atún cortados a taquitos.

Le va muy bien el tomate triturado como alternativa.

Algunos consejos imprescindibles para el buen cocinado del atún.

Evitar o tocarlo lo menos posible y no mojarlo nunca. Basta limpiar el atún con un paño seco.

Para cocinar el atún es recomendable el uso de hierbas aromáticas como el orégano, tomillo, la albahaca, el romero, la menta, la salvia, etc.

También es recomendable el uso del aceite de oliva macerado con hierbas.

Los mejores complementos o guarnición para el atún: ensaladas, patatas panaderas o asadas al horno.


sábado, 8 de junio de 2013

Patatas en Adobillo



«A hortelano tonto Patata gorda»

Refrán Popular


De Málaga



Hoy nos vamos para Málaga, aunque este plato también se tome en pueblos de la provincia de Jaén como Andújar, Marmolejo y seguro que también se elabora en otras poblaciones de nuestra Andalucía.

Patatas que acompañadas de chorizo y huevos fritos alcanzan el culmen gastronómico. Plato de otra época y en donde la imaginación era más sencilla que ahora, más simple y por lo tanto mucho más cercana a nuestro entorno.

Fantasía elaborada con los escasos productos que disponíamos (en comparación con los tiempos que corren), por eso tiene tanto valor el proceso creativo, por eso cuando se cocina con menos cantidad de ingredientes nos acercamos más a lo verdaderamente sensorial.

Y no digo que no se incorporen ni degusten alimentos novedosos, nada de eso; cada cosa a su tiempo.

Nuestras raíces, los frutos o viandas que han nutrido las generaciones que nos precedieron; hoy en día tan olvidadas y muchas veces repudiadas.

Nos gusta descubrir un nuevo plato que me emocione y diga: ¡Vaya sorpresa!

¡Un adobo y unas patatas; tan sencillo y recóndito a la vez...!

Saludos, Ricardo a 8 de junio de 2013


INGREDIENTES

Cuatro patatas medianas

Dos dientes de ajo

Orégano

Pimentón dulce

Comino en grano

Pimienta negra molida

Vinagre de vino

Aceite de oliva virgen extra

Una miga de pan

Agua

Sal



ELABORACIÓN 

Cortamos primero las patatas a rodajas, como si fuesen a lo pobre; es decir, ni muy finas ni muy gruesas.

Las freímos en aceite de oliva, a fuego medio; pochadas absorben mejor el sabor.

Aparte se fríen los dientes de ajo con poco aceite.

Se majan en el mortero, acompañados de un par de granos de pimienta negra, los granos de comino y un poco de sal gorda.

Ahora le incorporamos la miga de pan remojada en agua, elaborando una pasta suave.

Seguidamente quemamos en el aceite resultante de freír los ajos, un poco de pimentón y le incorporamos a la pasta.

Las patatas las colocamos con cuidado en cacerola o sartén y ligamos la mezcla del majao con cuidadito, salpicándola con orégano.

Seguramente tendremos que echarle un poco de agua para aclararla un poco, las cocemos unos cinco minutos y apartamos.

Dando el punto final con un chorreón de vinagre y su punto de sal.


OBSERVACIONES

Lo primero es tener cuidado con el aceite y no pasarnos. Creo que es el secreto del plato, que no nos queden impregnadas las patatas en exceso de grasa.

Luego cuidado que las patatas no se rompan; yo aconsejaría no introducir ninguna espumadera mientras se cuecen en la salsa, sino agitar la sartén o cacerola.

Por último, el vinagre; agregarlo cuando se hayan retirado del fuego las patatas, es decir en frío.

Les va bien el ir acompañadas de chorizo, huevo frito, espárragos trigueros y almendras molidas.


¿Te acuerdas de aquella copla
que escuchábamos aquel día
sin saber quién la cantaba
ni de que rincón salía?

Gloria de la Soleá
Rafael de León