viernes, 11 de octubre de 2013

Borrachuelos de Málaga



«Con un bizcocho de a cuarto
y un buchito de agua fría
y un beso de una muchacha
tiene un hombre su comía» 

Copla Popular

Carratraca (Málaga)


Continuamos, esta vez con dulces típicos de nuestra gastronomía Andaluza. Esta vez nos marchamos a la serranía de Ronda; hacia el Chorro, el camino del Rey y Carratraca. Yo ya conocía localidad, pues hace años pasé la noche en el antiguo balneario; realicé también la visita de alguna cueva y la subida a las ruinas de Bobastro camino de la vecina Ardales. Lugar mágico por excedencia, de balnearios y de viejas leyendas romanas. He aquí una de la más conocida y de cómo se descubrieron el poder medicinal de sus aguas:

«Según la tradición, el descubrimiento de las propiedades terapéuticas de las aguas lo realizó un mendigo, Juan Camisón, llamado así porque su única vestimenta consistía en un largo y gran camisón para que no le molestaran las llagas que cubrían todo su cuerpo. Este hombre llegó a un cortijo situado junto al manantial para implorar la caridad de sus habitantes, y observó que un cabrero echaba el agua a los animales que tenían úlceras en su piel, y al cabo de cierto tiempo curaban, entonces decidió bañarse él mismo y tras varias inmersiones, él también sanó»

Ya veis que junto a nuestra gastronomía nos acompaña siempre el viaje hacia una tradición ancestral y olvidada en el tiempo;

¡Ay, de esta vieja y sabia Andalucía...!


El pueblo, de origen árabe, creció sobre todo en el siglo XIX debido a la existencia de aguas sulfurosas de cuyas propiedades curativas ya dieron noticia los romanos. A mediados de ese siglo se construyó un precioso balneario, de estilo neoclásico, que es frecuentado por muchas personas para el tratamiento de diversas dolencias.

En su término municipal, en una sima de cuarenta metros de profundidad de la Sierra de Alcaparaín, se han encontrado pinturas esquemáticas y restos arqueológicos pertenecientes al período Eneolítico. La presencia del hombre en estas tierras desde la remota Prehistoria se hace patente también en el colindante municipio de Ardales que, en la Cueva de Doña Trinidad Grund, guarda pinturas rupestres de animales -cabras, caballos y ciervos- pertenecientes al Paleolí­tico Superior (Solutrense y Magdaleniense, 18000 - 14000 a.C.).


INGREDIENTES

Un kilo de harina de trigo

Un kilo de miel

Un vaso de vino moscatel

Un vaso de vino blanco seco de Manilva

Medio litro de aceite de oliva
(Suave)

Diez gramos de matalahúva
(Semillas de anís)

Diez gramos de ajonjolí
(Sésamo)

El zumo de dos naranjas agrias

Ciento cincuenta gramos de azúcar glas

Una cáscara de naranja



ELABORACIÓN

Receta Tradicional

Se calienta el aceite y, para quitarle el gusto se le echa una cáscara de naranja. Se pone a enfriar y al templarse se le añade la matalahúva y el ajonjolí. Se pasa a un lebrillo de barro, agregándole los dos vasos de vino y el zumo de las dos naranjas agrías.

Cuando esté todo bien mezclado, se va añadiendo poco a poco la harina, se mueve con la cuchara de madera y se vierte sobre el mármol, sin dejar de espolvorear harina hasta conseguir una masa muy fina.

Se coge un poquito de masa y se extiende en pedazos de cinco centímetros de largo, colocándolos sobre la mesa para que se oreen. Se pone a calentar el aceite para freír los borrachuelos. se unen por el extremo la masa y se dejan caer sobre el aceite, que no deberá de estar excesivamente caliente. Cuando queden ya dorados, se dejan en una fuente para que se enfríen y se tienen allí veinticuatro horas.

Al día siguiente se pone a calentar la miel, añadiéndole medio litro de agua para aclararla. En cuanto hierve se vierten sobre los borrachuelos. Se escurren y se pasan por azúcar glas.


OBSERVACIONES

Le va bien el anís dulce y la canela molida.

Se pueden rellenar de cabello de ángel o de batatas.

También hay quien le echa un poco de levadura o bicarbonato a la masa.

Quien añade un par de cucharadas de azúcar a la harina.

La confección de estos dulces supone la conjunción de tradiciones árabes y locales e incluso podría decirse que romanas, ya que la miel era utilizada antes de que a la confitería se incorporase el azúcar. Un filósofo, que fue gobernador de Hispania en el siglo IV, decía:

«La mejor miel es la que tiene mayor peso; la parte que está en el fondo de un vaso de miel, como es la más pesada, es también más preciada que la que sobrenada». 

Así que para mejorar una miel debe despojarse de la espuma y es frecuente hervirla antes de espumarla.


2 comentarios:

  1. Un delicioso dulce, sin duda de orígenes árabes, a mi parecer.

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  2. Desde luego amigo Marcos tiene toda la pinta de ser árabe. Desde luego realzada por nuestros maravillosos vinos de moscatel

    Un Saludo

    Ricardo

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