lunes, 9 de diciembre de 2013

Atún a la Barbateña



«La rosa tiene espinas,
pero, ¿tiene pétalos el atún?»

Martin Luther King

De Barbate (Cádiz)



Fenicios y romanos practicaban en estas costas la pesca del atún con el arte de la almadraba, estableciendo numerosas factorías en este tramo del litoral gaditano, destacando entre ellas la del puerto romano de Baesipo, en la desembocadura del río Barbate, lugar que se cree origen de la actual población.

Algunos historiadores localizan a orillas del río Barbate la famosa batalla en la que el rey godo Don Rodrigo perdiera la vida y el reino (año 711), siendo éste el inicio de la invasión árabe; otros autores la llaman Batalla de la Janda, laguna hoy desecada, cruzada antes por el río Barbate y, por último, este mismo decisivo acontecimiento de nuestra historia lo sitúan algunos autores en las proximidades de Jerez de la Frontera, siendo conocido también con el nombre de batalla de Guadalete.

Fue territorio bajo dominio musulmán durante más de cinco siglos. Conquistada definitivamente por las tropas cristianas de Alfonso X, sufriría, hasta bien entrado el siglo XVIII, el continuado asalto de piratas berberiscos, causa del escaso crecimiento de la población, reducida a una pequeña aldea dependiente de Vejer de la Frontera.

En el año 1805, frente a los Caños de Meca, tuvo lugar la batalla de Trafalgar, en la que la armada inglesa al mando del almirante Nelson derrotaría ominosamente a la flota aliada de España y Francia.

Pedanía de Vejer de la Frontera hasta 1947, se segregó de ésta con el nombre de Barbate de Franco, apelativo del que se desprendería tras la muerte del dictador en 1975.

Hoy es un punto de singular atractivo turístico gracias a sus famosas playas, especialmente las de Zahara de los Atunes, en cuyo castillo trabajó Miguel de Cervantes, o los Caños de Meca donde el agua dulce baja en cascada hacia el mar.


INGREDIENTES

Medio kilo de Atún de Almadraba
(aproximadamente)

Una copa de vino fino

Una copa de agua

Media cebolla picada

Un pimiento verde picado

Un diente de ajo picado

Dos tomates maduros rallados

Una pizca de nuez moscada

Orégano fresco

Comino molido

Pimienta negra molida

Aceite de oliva virgen extra

Una hoja de laurel

Patatas
(para la guarnición)

Sal


ELABORACIÓN

Cazuela de barro o sartén, como gustéis.

Aceite de oliva en la cazuela, se hace un sofrito añadiéndole los elementos uno a uno;

ajo, cebolla, pimiento verde; todo picado.

Cuando esté pochada la verdura, le añadimos el tomate rallado, quitándose la piel y las pepitas.

Le añadimos la copa de vino y otra de agua.

Las especias y las hierbas aromáticas en cuanto comiencen a hervir el vino;

La pizca de nuez moscada, la pimienta, el comino molido y el orégano.

Tapamos la cazuela y de damos de cinco a diez minutos de cocción a fuego suave, de vez en cuando removemos con la cuchara de madera.

Ahora añadimos el atún cortado a dados, removemos de nuevo y mezclamos con el guiso. Otros cinco minutos de cocción, punto de sal.

De guarnición patatas fritas en rodajas. algo gruesas para que absorban la salsa.

Yo me he decantado por las patatas tipo panaderas, pero hay quien las pone a dados.

¡Que os aproveche!


OBSERVACIONES

Es obvio que debemos de hablar del atún.

Este guiso se suele hacer con la ventresca del atún, se trata de una pieza con forma triangular, que está situada en la parte inferior del pez y en la zona próxima a la cabeza; aunque con cualquier parte del lomo del atún está de lujo, para que decir más.

Este es uno de los guisos marineros que alimentan tan solo con el olor, embriagándonos como si de un rito ancestral primitivo.


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